En 200 números elaborados durante estos diecisiete años pasaron cosas. Aquí va un repaso de algunas de las portadas que dieron cuenta, analizaron y debatieron la suerte del sector en ese período.
El mercado de posventa, por su propia impronta limitada a las piezas mayormente metalmecánicas, ha sido más bien conservador en su imagen y en su mensaje, más allá del folklore doméstico de los ya desaparecidos almanaques con chicas ligeras de ropas que adornaban los talleres hasta hace algunos años.
Esa inclinación hacia lo clásico está tan arraigada por convención que aún hoy se acostumbra incorporar la imagen de las piezas en su comunicación gráfica. Un ejemplo paradigmático son las baterías, todas negras y rectangulares, siempre inconfundibles. Esta afinidad también se expandió hacia los puntos de venta e incluso a las publicaciones que circulaban en el sector or entonces.
En ese sentido, la llegada de AFTERMARKET replanteó en parte el “status quo” imperante, con un diseño moderno y descontracturado a partir de sus portadas y con ideas innovadoras desde la trinchera de sus columnistas.
No se trata de haber sido rupturistas sino que anticipábamos la atmósfera de lo que se venía. Hoy estos cambios ya pueden percibirse hasta en algunos puntos de venta que, ciertamente, ponen mayor atención a su imagen. En este espacio podemos apreciar algunas portadas que han marcado parte de nuestra historia reciente. Postales que nos lega un tiempo que llegó para quedarse.