Más de una vez hemos recurrido a la siguiente historia, para explicar una situación reiterada: Si bien últimamente se ha perdido bastante esta costumbre, desde hace muchos años existe la cultura de recibir el diario en la casa. Incluso en aquellos tiempos en los que se editaban periódicos también por la tarde, en algunos hogares se recibían ambos.
Para aquellos que aún lo reciben (o que lo recuerdan de la época de sus padres) hacemos siempre la misma pregunta: ¿el diariero lo vino a ofrecer a su casa, o se lo fueron a solicitar?
Invariablemente, la respuesta es la segunda.
Y continuamos: Y, si por ejemplo, le solicitan que les envíe el diario del domingo, en alguna oportunidad le ofertaron que si adquiría, por ejemplo el del jueves, ¿le regalaban el del lunes con el suplemento de fútbol?
Aquí la respuesta es, invariablemente, nunca.
Y así podemos seguir: cuando nos acercamos al puesto de diarios y revistas, solicitando alguna publicación determinada (pesca, esquí, golf, etc.) el vendedor que atiende el puesto busca y rebusca, hasta encontrar algo parecido a nuestro requerimiento.
Al consultarle el precio de la revista, nuevamente nos la quita de las manos y la recorre en busca del precio.
Este ejemplo, tal vez extremo, nos demuestra que a quién llamamos vendedor de diarios no nos vende: le vamos a comprar. Y algo peor: no conoce la mercadería que ofrece ni su precio de venta.
En ocasión de alguna de las presentaciones que realizamos fuera de Buenos Aires, invitando a los minoristas a participar de un encuentro de capacitación (realizado fuera del horario de trabajo) algunos han rechazado el convite (gratuito) con respuestas como “No tengo tiempo”, “Justo ese día estaré de viaje” o la peor de todas: “No me interesa capacitarme”.
Quizás todo esto suena extraño, pero las respuestas son verídicas.
En ediciones anteriores hemos realizado entrevistas a fabricantes, distribuidores y titulares de casas de repuesto que han contando como sus empresas o comercios se han desarrollado, a través del mejoramiento de TODAS sus habilidades en materia de producción y gestión. Incluyendo las de ventas.
Hoy este es un tema que debería estar en el número 1 de la lista de prioridades.
Ya no alcanza con poner una cantidad de dinero, alquilar un local, y levantar la persiana.
Más allá de los cambios tecnológicos, los desarrollos de nuevos productos y de las variaciones de precios, la prioridad es el PROFESIONALISMO.
Por ello, como decíamos en la edición anterior, el próximo 21 de noviembre hay una oportunidad para INVERTIR en el futuro del negocio de cada uno. Y no se trata de dinero, sino de TIEMPO. Un día para escuchar, compartir, entender y pensar en el negocio de cada uno es realmente una inversión pequeña en relación al beneficio que se puede obtener.
Puede ser la diferencia entre estar y quedarse afuera.
Hasta la próxima,
