Estaba un tipo que tenia un tic nervioso que consistía en estar guiñando el ojo todo el tiempo.
El hombre con el tic se sienta en un restaurante y de repente empieza a guiñar el ojo.
Entonces, el mesero, al verlo, le dice:
-Señor ¿puedo ayudarlo en algo?
-No, no se preocupe necesito solamente una aspirina y la llevo aquí en el bolsillo…
En eso empieza a sacar de los bolsillos una enorme cantidad de preservativos y de diferentes marcas y sigue sacando más y más y más de todas las bolsas, hasta que el mesero, asombrado, le dice:
-Se ve que a usted le va bien con las mujeres, por lo que veo…
Y el hombre del tic le responde:
-No crea. Ocurre que cuando entro a una farmacia pidiendo realmente una aspirina y empiezo a guiñar el ojo… ¡mire lo que me pasa!
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