Para muchas empresas, hacer un buen uso de los recursos es una tarea bastante complicada, sobre todo cuando tienen muchos proyectos en mente y desean obtener buenos resultados al instante.
Para cualquier emprendedor que tiene su negocio propio, el concepto de ahorro no puede serle indiferente. Esto, ya que todo negocio significa riesgos y responsabilidades, para lo cual hay que estar preparado y no actuar a ciegas. En el caso de las pequeñas y medianas empresas, el ahorro es mucho más complicado, ya que por su tamaño no cuentan con grandes recursos y muchas veces optar a un financiamiento externo es bastante complicado. En términos simples, el ahorro es la parte del ingreso de una empresa que se obtiene restando el gasto total en consumo a los ingresos del negocio. Uno de sus beneficios es que permite la autonomía de la empresa y de su dueño, y por lo tanto, depender cada vez menos de factores externos o de terceras personas.
Permite, además, invertir en otras aspiraciones y así hacer que el negocio crezca.
¿Cómo lograrlo?
1. Tener claros los objetivos de su empresa: Saber hacia dónde vamos y qué queremos lograr es fundamental para destinar los recursos necesarios y no gastar en exceso. Es importante establecer metas realistas que vayan de acuerdo a los ingresos y posibilidades de su negocio.
2. Establecerse plazos: Si los objetivos no se consiguen en un plazo “x”, piense en algunas alternativas o en cuál sería la solución más solvente para su empresa. Tal vez el negocio no está teniendo el efecto esperado, pero no se está dando cuenta.
3. Elaborar un presupuesto anual: Si los ingresos son menores a los gastos, quiere decir que no está ganando y que, por lo tanto, deberá ver la manera adecuada de solventar su empresa. Si la situación es contraria, es decir, si recibe más de lo que gasta, deberá analizar cuánto ahorrar y cuánto invertir.
4. Priorizar objetivos: ¿Tener una nueva sucursal o lanzar un nuevo producto? Son aspectos que en el momento deberá tener la capacidad de resolver teniendo en cuenta los recursos con los cuales cuenta su empresa. Recuerde que su empresa debe estar siempre reinventándose, por lo que no saca nada con abrir una nueva oficina si está vendiendo los mismos productos de antaño. Piense entonces que gran parte de su ahorro deberá invertirlo correctamente en nuevos productos o proyectos.
5. Aprovechar descuentos y ofertas: En este mismo punto, la capacidad para negociar con sus proveedores es fundamental para obtener costos menores, pero que no descuiden la calidad de los productos.
6. Darse el tiempo de elegir a los mejores vendedores: En ellos está gran parte del éxito o fracaso de su empresa, ya que están directamente relacionados con la venta de sus productos. No significa contar con un gran número de vendedores, sino con los adecuados, es decir, los realmente motivados y capacitados para cerrar una venta en forma exitosa. Que sepan acercarse al cliente y generar relaciones constantes con ellos.