El profesor Beibe sugiere esta vez ir al videoclub y alquilarse dos películas para reflexionar sobre: conductas, hábitos, rutinas y modalidades de muchos empresarios y profesionales.
Entre la cantidad de eventos que organiza Mentoring Empresario, se encuentra el cine-debate mensual de entrada libre para aquellos que quieran sumarse a esta actividad educativa. Son películas elegidas por mí y mis colaboradores, que una vez proyectadas dan pie para reflexionar sobre conductas, hábitos, rutinas y modalidades de muchos empresarios o profesionales. A continuación , comentaré dos de ellas, que cualquiera puede alquilar en un videoclub, y que con la guía de este artículo, podrán entender cómo a más de uno le suceden cosas que se ven en la trama, para poder hacerlas concientes y comenzar a cambiar malos hábitos y ciertas conductas que son nocivas , no sólo para el manejo de la Empresa, sino para el manejo de la propia vida. El eje principal está dado en torno a un grupo de amigos que se reúne todos los miércoles para una cena bastante particular. Es por eso que esta película también es conocida como “La cena de los tontos”. Cada uno de los participantes debe presentarse acompañado de una persona lo suficientemente estúpida como para mofarse de ella y pasar una noche sumamente divertida. Si bien la trama principal está dada por la situación de un hombre burlándose de otro -uno que se piensa vivo, se divierte engañando a otro a quien considera tonto-, para nosotros es importante entender mas allá de la anécdota. Entender cómo el protagonista pierde su eje una y otra vez, como a cada uno de nosotros nos sucedió en alguna medida. Y para observarnos cómo (tantísimas veces) nos enredamos en nuestros propios actos, y perdemos el foco de la realidad, de las consignas. Es así que, de pronto, nos encontramos lejos del objetivo prefijado, a veces en situaciones de ridículo, a veces ubicándonos en lugares que llevan a situaciones indignas, o simplemente perdiendo mucho tiempo o mucho dinero. Estos encuentros de Mentoring Empresario están organizados con un ánimo de aprendizaje, de aprender a discernirnos, de aprender a no meternos donde no se debe, a no volvernos ciegos enamorándonos de nuestra propia actividad, de no ser serviles, de poder pedir ayuda. Esta película basada en un guión de Stephen King aborda el tema de la lucha por la dignidad en la cárcel. El tema es acerca de cómo, desde la institución represiva, lo que se busca es la destrucción física pero sobre todo moral y psicológica de los convictos. De esta manera, la lucha contra la alienación y por la dignidad humana se convierte en una tarea más que trabajosa y peligrosa. En fin, una película que con una trama bastante ágil plantea el tema de cómo rescatar la dignidad humana aún en las circunstancias mas desfavorables. El protagonista, al contrario del de la película anterior, no pierde el hilo de su consigna inicial, de su tarea. No se diluye y se bifurca. No se va por las ramas una y otra vez. Es acerca de un convicto de una cárcel, acusado injustamente, y sus ansias de libertad. De cómo esta persona puede, teniendo un proyecto, soportar tratos denigrantes dentro de la cárcel, cómo puede establecer lazos, forjarse un futuro en una larga partida de ajedrez, donde se deben prever las jugadas del otro y organizar las propias. Pero antes, no después. Debe aprender reglas de convivencia con gente de distintas culturas, creencias y educación. Y por fin, cómo la planificación le ayuda a salir adelante, económica y espiritualmente. Y en libertad (aunque para salir a la libertad debe atravesar un trecho de cloacas malolientes tal como es el desafío para casi cada uno de nosotros). Es una película que habla de aquellos que salen de su encierro, y no tienen un plan de vida, un proyecto y terminan suicidándose. Como aquellos que no tienen un plan vital, terminan matando y muriendo dentro de esta estructura, sin la esperanza de un mundo mejor. Insiste sobre un objetivo claro y lo consigue, teniendo en cuenta a los otros. Pensemos que proyecto y esperanza no son sinónimos. La esperanza proviene de espera. El protagonista no espera: actúa, hace cosas concretas, va en busca de certezas, arma un tejido basado en la solidaridad. Sin correr riesgos, no hay ganancia, pero tampoco salida. Finalmente, siempre al final del túnel hay una luz.