El Estado francés se plantea la venta total o parcial de su participación del 14% en el primer fabricante de coches del país, operación que, según el valor actual en bolsa del consorcio, generaría un importante ingreso para el país.
Anteriormente habían desembolsado en 2014 unos 800 millones de euros por ese 14%, el mismo porcentaje que mantiene el consorcio chino Dongfeng Motors (DFM) y la familia Peugeot.
PSA, bajo el mando del antiguo «número dos» de Renault, Carlos Tavares, ha regresado a la senda de los beneficios y actualmente la participación del Estado galo valdría unos 1.500 millones de euros, una plusvalía que el Gobierno del presidente François Hollande se plantea recuperar. «Escrutamos el conjunto de las participaciones. La de PSA tiene una triple ventaja: primero, el grupo va mejor y ha sacado la cabeza del agua; además, se trata de una participación reciente, no ha un vínculo histórico; por último, se ha revalorizado mucho», reconoció al diario Les Echos una fuente del ejecutivo socialista francés.