La atención ahora se centra hacia qué tan bien aquel contador que se convirtió en industrial puede ejecutar su plan para mejorar el desempeño de Fiat Chrysler.
Marchionne se comprometió a dejar su puesto en 2018, momento en el que ya se sabrá si tuvo éxito su plan quinquenal que dio a conocer en 2014, del cual se burlaron y lo consideraron una fantasía.
“Algunas personas sugirieron que la razón de por qué buscamos un acuerdo es por el hecho de que queremos esquivar nuestro compromiso de desempeño de 2018, algo que fundamentalmente es un montón de tonterías”, dijo en Detroit.
Para 2018, Fiat Chrysler busca vender 7 millones de coches al año, frente a un pronóstico de la firma de 4.8 millones para 2015. Los ingresos deben alcanzar los 132 mil mdd, el ingreso neto debe ser superior a 5 mil mdd en tres años. Esto se compara con la directriz de la compañía de 2015 para lograr ingresos de 110 mil mdd y un ingreso neto de mil 100 millones de dólares. La deuda neta debe caer a menos de mil mdd, en comparación con los 7 mil 800 mdd de finales de septiembre. Marchionne se comprometió con el objetivo financiero de 2018, entre otras cosas porque está por recibir acciones por un valor de casi 36 millones de dólares si logra alcanzar la cifra de ingresos netos. Pero a finales de mes actualizará la información a los inversionistas sobre el progreso, junto con los resultados de 2015, y se espera que modifique el pronóstico del volumen y los planes de las inversiones.
El renovado énfasis en el plan de desempeño será una prueba para Marchionne. Gran parte depende de la reactivación propuesta de la marca de gama alta Alfa Romeo.