Desde los recordados viajes a la Luna, que trajo consigo el invento de los GPS, tecnología de la NASA se aplica a industria vehicular. Veamos lo que viene.
Una nave espacial de la NASA se encontró atravesando una inesperada tormenta de hielo cósmica durante un vuelo cerca de un cometa, pero no sufrió daños, según los científicos.
Como sucedió en casos anteriores, se espera que los avances tecnológicos incluidos en esta nave se apliquen en un futuro próximo a la industria automotriz. Este es el caso del Deep Impact.
Cargado de una serie de equipos tecnológicos, entre ellos los de localización avanzada, y a una velocidad de unos 43.450 kilómetros por hora, la nave Deep Impact voló el 4 de noviembre situándose a 7 kilómetros del cometa Hartley 2.
Las imágenes del vuelo revelaron una ventisca de trozos blancos rondando el cometa.
La nube de hielo que rodeaba al Hartley 2 era impulsada por chorros a presión de anhídrido carbónico que salen del interior del cometa, señalaron científicos. A medida que el anhídrido es lanzado, éste lleva consigo toneladas de hielo que van desde el tamaño de pelotas de golf hasta el de balones de baloncesto.
La Deep Impact estaba a una distancia segura pero fue golpeada nueve veces por partículas de hielo con peso menor a un copo de nieve. La nave espacial no resultó dañada. ¿Por qué? Una nueva aleación de acero y fibra de carbono logró que “la carrocería de la nave no sufriera para nada”
Y ya hay varias automotrices interesadas en esta tecnología. Se calcula que en la próxima década seguramente saldrán a las carreteras los autos que evitar cualquier tipo de impactos sin que sufran ni el auto ni el conductor. Como lo hizo la Deep Impact.
Fuente: Washington Hispanic