Consejos y advertencias para los que están a punto de incorporar parientes a sus empresas.
Hasta ahora, en las sucesivas entregas de Aftermarket me encargué de exponer los distintos conflictos que se generan en las Empresas Familiares. Estos temas son como las fotografías: instantáneas, marcas y cosas que ya sucedieron o están sucediendo.
A partir de las reflexiones, uno se ubica y decide qué camino seguir, pero sobre algo que ya está armado, y que a veces es difícil (no imposible) rearmar o metamorfosear. Pero hoy voy a referirme a las Empresas Familiares en ciernes.
Los casos que más me consultan son sobre:
1. “Mi hermano está sin trabajo y quiero incorporarlo a mi Empresa”.
2. “Me cansé de lidiar con mi secretaria y le pedí a mi mujer que venga a trabajar conmigo”.
3. “Mi yerno esta sin trabajo y yo le voy a dar un puesto para darle un mejor sueldo para que no le falte dinero a mi hija”.
4. “Mi padre está jubilado, está todavía con muchas fuerzas y se aburre en la casa”.
5. “Mi hijo dejó de estudiar y le dije: Si no estudiás, trabajás. Y se va a venir a trabajar conmigo”.
En todos estos casos, mi respuesta es: “No, definitivamente no lo hagan. Esto no se va a convertir en una Empresa Familiar, se va a convertir en un aguantadero”.
- Porque armar una Empresa Familiar desde las fortalezas es muy bueno.
- Porque agregar valor a la Empresa con alguien preparado para resolver problemas empresarios, es extraordinario.
- Porque agregar a un familiar que trae una propuesta y está posibilitado para llevarla a cabo, produce sinergia.
- Porque armar una Empresa con familiares cercanos que han aprendido a amar nuestra empresa porque pudimos transmitirles esa pasión, agrega valor por los valores compartidos.
- Todo lo que sea promover la ayuda a dos puntas -no de un solo lado para el otro-, entre los miembros de una familia, es sano y es eficaz.
- Todo lo que pueda confluir en intereses y metas comunes, es funcional.
- Todo lo que sea aportar para el bienestar común, termina no sólo ayudando a la empresa, sino a cada uno de los miembros en todos los órdenes de la vida
- Todo lo que fomente un trabajo en común respetando la independencia y la autonomía de cada uno, es un aprendizaje del mejor vivir.
- Todo lo que signifique generar responsabilidad en cada miembro de la empresa, será un ejemplo de tomar responsabilidades en sus propios hogares.
- No dé trabajo a quien no esté preparado para tomarlo.
- Enseñar un oficio lleva mucho tiempo y dinero.
- Preparar a un desconocido es más fácil que enseñarle a un familiar.
- Busque entre sus familiares a alguien que esté entrenado, o mándelo a entrenarse afuera antes de tomarlo.
- Busque agregar a su lado a alguien que ya sea responsable. Es muy difícil enseñarle responsabilidad y ética a alguien cercano, porque uno debe corregir muchas cosas, y por lo general el pariente se ofende y no aprende.
- Acepte trabajar con quien dé muestras fehacientes de querer hacerlo.
- Hay muchos familiares a los que les gustaría trabajar con usted, pero esperan a que usted les pida, les ruegue que se acerquen. Espere a que se lo diga, no se apure. La empresa no se para si usted espera.
- Si ellos no aprenden a enfrentar una situación básica de saber pedir, nunca van a ser prospectivos con la empresa.
Conclusión No se engañe: aunque su hijo venga a trabajar sólo por las vacaciones; aunque su mujer esté relevando provisoriamente a un empleado; aunque su padre le dé una mano muy de vez en cuando. Aunque estas situaciones se vean como pasajeras, si un familiar traspone las puertas de su Empresa para ayudarle o para incorporarse como “empleado”, usted tiene entre manos una Empresa Familiar. Después no se queje.