Delegar es un arte

Una herramienta de la conducta humana que sirve para mejorar el funcionamiento de su negocio o empresa

Delegar es uno de los desafíos “obligados” en todo proceso de crecimiento empresario. Se trata de la asignación de tareas a otras personas, generalmente empleados, que hasta ese momento eran realizadas por quien delega. No se debe confundir “delegar” con “descentralizar”, ya que esto último es “dar poder de decisión”, siendo que a veces la descentralización de decisiones acompaña a la delegación de tareas y a veces no.
Tarea no sencilla Delegar adecuadamente no es tarea sencilla, ya que primero hay que vencer las propias resistencias de quien va a delegar superando planteos como por ejemplo: “nadie lo hará como yo” (lo que definitivamente es un mito) u otros similares.
Para que un proceso de delegación sea exitoso se necesita cumplir con una secuencia de cuatro pasos:    1. Definir la tarea a delegar    2. Elegir la persona en quien delegar

   3. Capacitar    4. Controlar

  • Definir la tarea a delegar es tan sencillo como fundamental, pero a la vez poco frecuente. Se trata de analizar la tarea y el puesto de trabajo que la contiene. Esto implica plantear objetivos a cumplir respecto de la tarea, junto con los requerimientos de la persona que la realice, sea por capacidades técnicas necesarias como por otras características personales como educación, trato interpersonal, liderazgo, etc.
  • Elegir la persona en quien delegar implica pensar adecuadamente quien y por que puede obtener el mejor rendimiento para la organización cumpliendo esta tarea. Tiene que ver con poner la persona adecuada a los requerimientos analizados anteriormente. Nada peor en un proceso de este tipo que elegir mal a la persona, ya que dicha situación derivará seguramente en una situación de estrés, riesgo de la relación laboral, perdidas de productividad, entre otras.
  • Capacitar no es más que preparar a esa persona enseñándole los secretos de la tarea. Generalmente es un paso que se realiza deficientemente. Cuando esto sucede los tiempos de aprendizaje son mayores y las pérdidas que producen los errores cometidos también. La capacitación, de ser posible, debe estar a cargo de quien realizó la tarea hasta ese momento, ya que es la persona que tiene el “timing” justo de la misma. Cuando el que delega es el dueño o gerente, es importante tomar conciencia de que se debe dedicar el tiempo necesario para capacitar al empleado, lo que generalmente no se hace y termina siendo mucho más costoso.
  • Controlar es verificar que la tarea delegada se realiza adecuadamente. Se trata de un proceso continuo y permanente, ya que dejar de controlar deriva indefectiblemente en bajas de productividad.

Tareas estratégicas Cuando la tarea delegada es estratégica o “sensible” a la operatoria del negocio, como por ejemplo manejo del dinero, deben establecerse metodologías bien específicas de control, planeando frecuencias, objetivos y técnicas a tal fin. En definitiva, no se puede crecer sin delegar, y hacerlo no es simple, ya sea
por resistencias propias como por limitaciones del entorno. Será entonces de vital importancia analizar cada proceso de delegación en la empresa, en pos de no cometer errores que siempre significan dinero y energías desperdiciadas. Si lo anterior se realiza adecuadamente se obtendrá sin dudas un crecimiento de la organización menos problemático, a la vez que una empresa más competitiva.

 

Néstor Setzes
Por Néstor Setzes | setzes@ub.edu.ar
Profesor y Técnico Universitario en Administración Pyme
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