Cómo adaptarse a las nuevas reglas de juego. La importancia de comunicar la estrategia a los empleados.
El cambio comenzó, lento pero firme y para quedarse. Identificar las oportunidades y saber cómo atacarlas son las ventajas competitivas de la Dirección de una empresa. Muchas de las alternativas son para ajustarse al cambio, otras son para dejarse matar o morir e irse.
Fíjese: muchas organizaciones no se adaptan lo suficientemente rápido, pero tratan y otras son suficientemente versátiles o ágiles para entender y adaptarse al nuevo escenario. Igualmente uno se siente “terrible” porque no hay nada más cómodo para una empresa que la estabilidad y en el fondo, la decisión de evolucionar y moverse es incómoda, poco natural y dura de tomar.
Lo importante en estas situaciones es controlar con la cabeza y no con el corazón. Usted no puede hacer que el mercado o que la empresa no cambie: fue parte de su decisión. Pero puede ayudar a comprender para que los cambios sean bien recibidos.
Es su decisión el cambio y el cómo comunicarlo. En definitiva: el cómo comunicarlos es más importante que el cambio en sí mismo.
Por lo tanto, dentro de un gran cambio usted tiene el poder único y supremo de algo: su actitud frente al mismo.
En una actitud positiva de cambio, seguramente el cambio será favorable a la empresa y la imagen positiva no se la llevará el cambio, se la llevará usted.
Recuerde: nunca se irrite por esperar por las cosas que van a ser mejor. Si usted es paciente, encontrará el camino al que quiere llegar mucho más rápido. Por lo general, cuando llega el momento de ajustes o cambios de
funciones o trabajos uno se siente incómodo, confundido y preocupado.
Pero no se deben tomar decisiones en forma apresurada o como un salto al vacío. No haga conclusiones. Por ahora debe tener una mente abierta para poder desarrollar el beneficio.
Prestar atención al mercado
Napoleón Hill escribió: “Toda adversidad acarrea en ella misma un equivalente de beneficio”. En la Biblia dice: “Para los hijos de Dios, todas las cosas ayudan a bien”. Por lo tanto: si la organización cambia, probablemente nosotros deberíamos pensar en cambiar con ella.
Debemos prestar atención a qué es lo que sucede en el mercado y luego, si no somos los decisores de cambio, mirarlos a ellos para alinearnos y adaptarnos lo más rápido posible.
¿Cual seria el procedimiento? Examine su proceder diario, analice su rutina, su “modus operandi”. Luego analice el mercado o la empresa y para dónde va o cuál es la tendencia. Si usted ve en su empresa cambios de cultura, prioridades, mandos gerenciales y estilo de órdenes es una clara evidencia de que el cambio viene.
Problemas
Dijo Charles Kettering: “Si lo ha hecho siempre de ese modo, ¡probablemente está errado!”
Los problemas son algo lógico en un ambiente de cambios. La desestabilización crea una serie de nuevos problemas que antes no conocíamos, incrementando el estrés y la carga de trabajo habitual.
Eso no prueba que el cambio sea una mala idea, lo que prueba es que no estamos acostumbrados a pagar el precio del cambio (los problemas).
Todos están inmersos en las profundidades de sus preocupaciones, por lo tanto el cambio requiere que lo llevemos a la superficie, cambiemos de océano y luego nos sumerjamos nuevamente en sus ocupaciones.
La sensación de los empleados es que las empresas no les cuentan todo lo que saben o los mantienen en la “penumbra” porque quieren o porque es parte de la estrategia. Tienen todos los detalles planeados, pero no lo comparten con sus empleados. Hay pocas cosas peores que la falta de precisión y la desinformación.
Los empleados creen que los gerentes o dueños de casas de repuestos tienen un “plan perfecto” para el desarrollo del negocio. Por otro lado, en la realidad, se llenan muchos casilleros del plan durante la marcha, se ajustan procesos y se desarrollan nuevas formas de ajustar el negocio o de hacerlo más productivo.
Naturalmente los altos ejecutivos no dan una respuesta seria siempre que la respuesta no exista previamente: vale decir que no se inventa nada o muy poco. Todo es parte de un gran “repensamiento”.
Por eso las grandes empresas ponen tanto esfuerzo en la comunicación interna y en tener actualizados a los empleados para que el sobresalto no estrese a los trabajadores y la producción no se vea afectada.
Vale decir que la “realidad” cambia tan rápido que la gerencia debe adaptarse a ella, por lo cual debe o no decir algunas cosas, lo que hace parecer que se niega a compartir información. Una vez, en una declaracion a la prensa, Bette Midler dijo: “Nunca sé cuánto de lo que estoy diciendo es verdad”.
La felicidad
Un punto a tener en cuenta es: es imposible que todos esten felices en la empresa. O como yo digo siempre: la felicidad nunca es completa.
Tiempos de cambio como el que vivimos hoy someten a cualquiera al estrés.
De cualquier organización. Hay que hacer algunos llamados de atención duros o terminantes y tomar determinaciones que pocas veces son populares, no son divertidas ni de gran profundidad.
La forma de ver el gerenciamiento en un libro que leí, decía que era “como en un juego de cartas con varios jugadores”. Alguno ganaba, alguno perdía y alguno salía empatado o “hecho”. El Gerente, como el repartidor de cartas, debe trabajar para que en la mesa haya la mayor cantidad de cartas “buenas”, con lo que garantiza un mejor juego o uno más competitivo.
Es muy fácil sentarse detrás de una gerencia y criticar por cosas ya realizadas. También es fácil criticar al dueño o gerente por el estilo o la forma de hacer las cosas. Pero el punto es que la gerencia o el dueño de la casa de repuestos hacen todo por el bien del negocio y por su permanencia en el tiempo. El empleado que no entiende esa parte de la película es porque se le apagó el televisor.
Para tener en cuenta
Una persona que maneja un negocio no está en posición de dar las cosas que se le exige. Alguna vez me he cruzado con una actitud como ésta que -para ser honesto-, me hace hervir la sangre: “Todos los cambios traen confusiones y si no son mis ideas no soy responsable de que funcionen”.
Por lo tanto el problema es que no supimos comunicar la consigna o el plan o idea para que realmente sea compartida por todos o por los que necesito que ejecuten.
O sea que si los vendedores de mostrador o los que visitan a los talleres no venden, el problema es del dueño. Siempre el problema es del dueño de la empresa. Lo importante es que tanto usted como sus empleados de la casa de repuestos sí tiene la oportunidad de hacer un impacto positivo en sus clientes y colaboradores, ya sean colegas, compañeros o proveedores.
El tema es que usted, como dueño o Gerente, también tiene la responsabilidad de una influencia favorable dentro del desafío.
Conclusión
Mi recomendación para estos tiempos de cambio son:
1. Sea discreto con lo que dice del futuro.
2. No haga de ayudante de sus empleados en forma constante.
3. Mida los límites de cada uno de sus empleados.
4. La diferencia sobre el negocio la hace usted.
5. Enseñe a su equipo a darle soporte.
6. Testee su límite personal de las cosas que quedan “para hacer” y delegue.
7. Las cosas pueden mejorar siempre. Y en medio de los cambios, más aún. Ponga el foco de sus esfuerzos en el logro de esos planes.

Director de negocios de Aftermarket Consultores. Especialista en canales de distribución. ]]>