¿Qué ocurre cuando se enferma el líder de una empresa? Los dolores físicos suelen ser síntoma de problemas estructurales en la vida de las personas.
Desde esta columna intento transmitir inquietudes y conocimientos para que usted, lector, pueda pensar y “pensar-se” acerca de usted mismo, de su familia y de su empresa. Al plantear problemas del diario vivir y ejemplos de casos de la vida real, aspiro a proponerle algunas preguntas y cuestiones que puedan ayudarlo a reflexionar para encontrar respuestas (o más preguntas) que a su vez traigan un mejor entendimiento de la persona, la familia y la empresa. Esto es con el objetivo de lograr el mejor funcionamiento que se pueda lograr en esa relación. Entenderse y conocer los mecanismos de todo este engranaje va a permitir una optimización de lo laboral, y obtener una mejor vida posible a nivel personal. Y en consecuencia, a que la persona primero, y después la unidad familiar puedan entender su dinámica y lleguen a tener la mejor empresa posible y de forma optimizada. En mis columnas anteriores he presentado herramientas que ayudan a entender a la empresa familiar desde diferentes ángulos, instrumentos que son usadas por un Mentor al trabajar con las empresas. A modo de recuento podemos recordar algunos temas centrales como: el estudio del genograma, el peso de los ancestros, las ataduras de las lealtades y los pagos de facturas de generaciones anteriores a la nuestra. Todas estas redes o historias que conforman a un individuo inciden sobre sus conductas, los éxitos y fracasos. Hablamos también de las Empresas en sí, empresas que toman características humanas, pero no siempre las más operativas. Presentamos el caso de empresas enanas, de las sordas, poniendo énfasis en comprender el accionar de la empresa desde una óptica de la discapacidad. Podíamos describir muy bien las conductas de la empresa y buscar soluciones desde la reeducación. Hoy les propongo otro enfoque diferente: no viendo la empresa como un cuerpo, sino el cuerpo como empresa, y cómo las enfermedades que se manifiestan en un ser humano indican qué parte de la conducta y las relaciones personales, sociales y empresarias están fallando y se convierten en síntomas, buscando ayuda. Al mismo tiempo entendemos que un hombre enfermo dentro de la empresa “transmite” malestar al funcionamiento del todo, pudiendo afectar los resultados y la productividad. ¿Qué pasa cuando el titular de una empresa está enfermo de gastritis, úlcera, contracturas musculares, dolor de oídos, resfríos permanentes, migrañas, herpes, y otra cantidad de afecciones (o serán aflicciones)? Para llegar a la comprensión de la incidencia de los síntomas en la empresa, debemos describir cómo se inscriben estos síntomas en el cuerpo del dueño o gerente o del empresario. No es una mirada desde la medicina ya que se puede encontrar información sobre el buen funcionamiento de los órganos humanos en cualquier tratado de Anatomía o Fisiología del colegio secundario. Hoy voy a comenzar una serie de temas que tienen relación con lo corporal, voy a conversar acerca de lo que no puede expresarse con la palabra, dándole un rol protagónico al cuerpo, con los consabidos daños que se generan. Son enfermedades que gritan a través del cuerpo los odios, las vergüenzas, las debilidades, el stress, las indignidades. El cuerpo es el espacio, la casa donde se dramatizan situaciones cotidianas que no se pueden elaborar, secretos de los que no se puede hablar, situaciones que parecen sin salida, y además aloja mitos familiares, nos relatan historias de nuestros antepasados. El mal funcionamiento de ciertos órganos, nos alertan de situaciones que hemos vivido en lo personal, o que estamos viviendo o que nos aprestamos a transitar. Los dolores de cabeza Son manifestaciones de situaciones de gran irritación y violencia. En general, no permiten pensar, hay dificultades en la comunicación de uno hacia los demás y de los demás hacia uno. Cuando a uno la cabeza le “hierve” por la exigencia de la cantidad de cosas que debe hacer, lo más probable es que tome la primera idea que le viene a la mente, a partir de la cual puede llegarse a “dar la cabeza contra una pared”. Por lo general esta migraña o cefalea la sufren aquellos que quieren abarcar mucho, hacer todo a su manera. La persona con síntomas recurrentes de dolor de cabeza suelen tener una intensa presión por el rendimiento, exigencias excesivas, orgullo y son, en su mayoría, perfeccionistas. Sienten que “se les parte la cabeza” si no cumplen con todo lo ideal que se propusieron. A todo esto se le agregan, generalmente una necesidad y demanda de ayuda, pero les es difícil recibirla porque sufren de una brecha entre pensamiento y el sentimiento, que no pueden superar. El dolor de cabeza representa un conflicto entre el instinto y el pensamiento. Pero básicamente este dolor permite al “doliente” apartarse de la gente, pero en un círculo vicioso, porque cuanto más aislado queda, menos posibilidad tiene de pedir ayuda, sufre de dudas que lo paralizan porque no puede tomar decisiones. Por supuesto que esto tiene soluciones que van más allá de los medicamentos, soluciones desde la estructura, comenzando por comprender qué está produciendo este sistema de presiones desde adentro, desde lo más profundo de nuestro ser. Qué nos sucede con la impaciencia, con la autoexigencia, con la autovaloración. Qué culpas irresueltas nos atan a pasados todavía vigentes en nuestro inconsciente, qué sistema de lealtades nos hacen vivir situaciones de indignidad y dependencia, cómo podemos ubicarnos en lo social, en lo familiar en lo laboral con gozo, haciendo de cada día un canto a la vida. Próximamente hablaremos de: Contracturas, reflujo estomacal, dientes y muelas rotos, dolores artículares. Y otros temas que tomaremos en cuenta a partir de comunicaciones por e-mail.