El imbécil emocional

 

Conocer nuestras emociones es la mejor manera de que trabajen en beneficio propio. Hoy hablaremos de todo lo contrario.

Controlar la ira, la cólera y la frustración, cambiándolas por tranquilidad, serenidad y entusiasmo, nos hace emocionalmente inteligentes.
Trabajar nuestras emociones nos permite obtener mejores resultados, tanto personal como profesionalmente. En definitiva es asumir el control de nuestra vida.
Pero hoy nos toca hablar de todo lo contrario: La imbecilidad emocional.
¿Hay imbéciles emocionales crónicos? 
Los hay, pero también hay imbéciles ocasionales que se entrenan cada día y otros que se comportan en determinados momentos, con verdadera imbecilidad:
Seis de la mañana: suena el despertador y nuestro amigo I. (Imbécil emocional ocasional o crónico) se despierta riñendo al despertador por haber sonado. Como todos los días, piensa que se tenía que haber acostado antes.
Enciende todas las luces, porque ya que es quien  tiene que levantarse más temprano, que los demás se den cuenta de cómo se siente y del sacrificio que hace por la familia.
Se enfada con lo caliente que esta el agua y ve que del cesto de la ropa sucia, asoma una manga de la camisa que quería ponerse hoy. ¡Qué desconsideración! ¡Nadie hace nada en esta casa! ¡Sólo para todo!
Por fin sale y contesta con un gruñido al saludo del vendedor de diarios. ¡Que tipo tan sonriente! ¡Para bromas está él a estas horas!
Y recién comienza el día
Después de manejar con un tráfico infernal, llega al trabajo exhausto… Le espera un día más de aguantar clientes insoportables, compañeros imbéciles, al jefe que no tiene ni idea de nada pero que está ahí por ser amigo del Director General…
Podríamos llenar esta hoja de ejemplos, bastante próximos para todos y veremos que nadie está vacunado contra la imbecilidad emocional.
El mejor guardián de la fábrica
La autocrítica es un signo de inteligencia, que nos puede llevar al desarrollo de la autoconciencia y a una vida más plena, más realizada, con más momentos de felicidad.
Una cosa importante: Aquello que nos molesta de los demás es algo tenemos en nuestra personalidad y que nos molesta de nosotros mismos.
No hay mejor guardián de la fábrica de queso que un ratón reformado.
Amabilidad, sentido del humor, paciencia, respeto por los sentimientos y opiniones de los demás, hacer la vida agradable a los que nos rodean, son los antídotos que  harán que dejemos de considerarnos: ¡Imbéciles emocionales!
¿Qué es? ¿Quiere saberlo?
Esta puede ser una buena definición:  La falta de respeto hacia los sentimientos propios y de los otros, el maltrato a los seres queridos, la descalificación y el menosprecio gratuito, la crueldad con los animales, la mezquindad, la susceptibilidad, dar patadas a los muebles o enojarse con el teléfono porque suena…
 
Juan A. González
Instructor, Counselor y Coach de crecimiento personal. Experto en inteligencia emocional.   

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