Número 1 de la Radio Argentina y todo un personaje. Aquí nos cuenta su relación con los coches.
¿Se acuerda quién le enseñó a manejar y a qué edad?
Mi viejo me enseñó, yo tenía unos 16 años. Fue en Buenos Aires. En ese momento, él tenía una especie de Rambler Ambassador.
Hoy, ¿a usted le gusta manejar o sólo lo hace cuando lo necesita?
Me gusta manejar porque me distrae. Cuando tengo que hacer viajes largos en auto me gusta manejar a mí. No confío demasiado en el que tengo al lado. No quiero que nadie maneje por mí.
¿Y cuando le toca ir de acompañante?
Soy de los que aprietan el freno aunque no estén manejando.
¿Recuerda cuál fue su primer coche?
Sí, un Citroën 3 CV. No recuerdo de qué año, pero era de los primeros Citroën de colores que venían. Calculo que sería del sesenta y pico.
¿Qué coche tiene ahora?
Un Kia Opirus 2011.
“La gente no respeta nada”
¿Usted es de respetar las normas de tránsito?
En general, sí, soy respetuoso. No he chocado en los últimos tiempos, pero veo que la gente no respeta nada.
¿Qué es lo que más lo pone nervioso de la calle?
Me pone loco cuando veo que no dejan cruzar a los peatones. Yo freno para dejar pasar a la gente y me putean a mí. Es una locura. Pero, por suerte, jamás he tenido que pasar por una situación violenta.
¿Qué le parecen las nuevas reglas que se están aplicando en cuanto al control urbano en la Ciudad de Buenos Aires?
Hasta ahora, lo único que vi que se hizo fue el tema del control de la alcoholemia. El resto sigue siendo un despelote. La gente sigue estacionando donde quiere. Estaciona en doble mano. Todo sigue igual.
“Negrito, no hablés”
¿Por qué motivos alguna vez lo paró la policía?
Por hablar por teléfono. Pero al reconocerme me dijo el agente: “Negrito, no hablés, dejate de joder. Ahora seguí”.
¿Y usted le hizo caso?
No, me fui y seguí hablando.
Si tiene que manejar, ¿se cuida de no tomar alcohol o no le da importancia a eso?
Si tomo y después tengo que manejar, prefiero que me traiga un remise o que maneje algún amigo o alguien. Me cuido por mí, no por la norma ni la pipeta. Porque cuando manejás alcoholizado te podés matar.
Si se le pincha una goma, ¿la cambia usted?
Nooo, ni en pedo. Llamo al auxilio. Odio cambar la goma. De este último coche que me compré ni sé cómo se cambia. La última goma que cambié fue hace muchos años… ¡Lo odio!
¿Usa GPS?
Sí, mucho. Uso GPS, eso me encanta. Todo lo que es Bluetooth y la nueva tecnología, lo uso mucho.
¿Hay algún auto con el que sea imposible ir de levante y ganar?
Con un Dogde 1500. ¡Lo odio!
¿Cuál es el coche de sus sueños?
No tengo. Todos los autos que quise manejar, los manejé: el Jaguar, Mercedes, BM, Audi… todos. Ahora busco comodidad, más que nada, me gustan los autos grandes.
¿Por qué cree que el coche es un lugar de fantasías sexuales para los hombres?
Porque todos tenemos un lado exhibicionista y en el auto eso se da fácilmente.
¿Recuerda alguna anécdota graciosa que hayas vivido a bordo de un auto?
Sí, claro, muchas. Pero no puedo contarte ninguna porque todas tienen que ver con el sexo… En realidad, yo creo que hay una relación directa entre el sexo y el auto.
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