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La tendencia del mercado prefigura una nueva ola de fusiones y adquisiciones en el sector de la automoción. La crisis sanitaria causó importantes trastornos financieros en toda la cadena de valor y un número creciente de activos en dificultades puede estar llevando a una nueva fase de compras y ventas.

 

Durante los primeros meses de Covid-19, los ejecutivos del sector autopartista se vieron impulsados a tomar medidas previamente inimaginables. Detuvieron las operaciones normales, cambiaron al trabajo remoto y reajustaron las cadenas de suministro, todo mientras lidiaban con los cambios masivos en la demanda y el comportamiento de los consumidores. A medida que reconducen sus negocios hacia una fase de recuperación, muchos ejecutivos ven los pasos dados hasta ahora no sólo como necesarios en una emergencia, sino hasta cierto punto útiles para el negocio subyacente a largo plazo.

Por lo pronto, la tendencia del mercado prefigura una nueva ola de fusiones y adquisiciones en el sector de la automoción. La crisis sanitaria sin precedentes causó importantes trastornos financieros a las empresas de toda la cadena de valor del sector de la automoción. Un número creciente de activos en dificultades puede estar llevando a un repunte en la actividad de fusiones y adquisiciones.

 

Golpe a las finanzas

La demanda de nuevos vehículos personales tuvo un golpe significativo en la primera mitad del año, ya que las preocupaciones sanitarias y financieras interrumpieron los comportamientos tradicionales en la de compra de automóviles. Los pronósticos actuales de la industria sugieren que las ventas de vehículos livianos en los Estados Unidos caerán aproximadamente 3.1 millones de unidades o 18%. Es decir, de 17.1 millones de unidades en 2019 a 14 millones de unidades este año, lo que representa una revisión a la baja de 2.8 millones de unidades en comparación con las expectativas publicadas en enero, según un informe de la Consultora Deloitte. En un esfuerzo por reiniciar la actividad comercial, algunas empresas de automóviles han reanudado sus operaciones con diversos grados de éxito.

Sin embargo, el regreso a las condiciones normales depende todavía en gran medida de los esfuerzos por mitigar la propagación y el impacto del virus.

Desde el punto de vista financiero, tanto los fabricantes de equipos originales de automoción como los proveedores están experimentando importantes interrupciones del flujo de caja y están buscando varias estrategias de supervivencia, incluyendo el acceso a programas de apoyo del gobierno, el uso de líneas de crédito, la búsqueda de fuentes alternativas de financiación, o vivir del capital de trabajo existente.

Los fabricantes de equipos originales y los grandes proveedores de automóviles de primer nivel han estado mejor posicionados a corto plazo para aprovechar las facilidades de deuda y la financiación alternativa para hacer frente a las preocupaciones sobre la preservación de liquidez. Sin embargo, casi todas las empresas han considerado la posibilidad de adoptar medidas de reducción de costos, como reducción de las horas de trabajo y congelamiento de los gastos discrecionales.

Los proveedores pequeños y medianos también están buscando a los fabricantes de equipos originales para que les paguen por adelantado y otras formas de apoyo financiero, a fin de ayudar a construir el capital de trabajo necesario para volver a la plena producción. Sin duda, algunas empresas entraron en la pandemia en una posición financiera mucho mejor en relación con sus pares. Por el contrario, las empresas que han sido más lentas en reaccionar o que no han podido asegurar el apoyo financiero están bajo una intensa presión financiera que bien puede conducir a un número creciente de activos en dificultades en determinadas partes de la cadena de valor del automóvil. Esta situación puede conducir finalmente a un importante aumento del número de fusiones y adquisiciones (M&A) en todo el sector.

A medida que la pandemia continúa desarrollándose, tanto el gobierno como las empresas individuales están tratando de entender y predecir cómo puede ser el retorno a las condiciones normales del mercado.

 

Aquella recesión

Los directivos está mirando hacia atrás a la recesión financiera de 2008 para deducir cualquier aprendizaje que pueda ayudar a guiar un esfuerzo de recuperación. Aunque hay varias diferencias significativas entre las dos crisis, se aprendieron algunas lecciones críticas que pueden proporcionar una valiosa visión de lo que se puede esperar en el sector automovilístico en el futuro. También es importante señalar que la situación actual sigue siendo muy dinámica. En consecuencia, es posible que muchas de las observaciones actuales del mercado no capten plenamente las derivaciones del impacto continuo de la pandemia.

Por lo pronto, cabe recordar que el mercado de fusiones y adquisiciones de automóviles no se recuperó inmediatamente del fondo de la crisis financiera de 2008. De hecho, se retrasó la recuperación del consumo, el PIB y los valores del Dow Jones en aproximadamente nueve meses. A esto le siguió un período de 12 meses de crecimiento relativamente sostenido en el volumen de negocios de la industria automotriz a partir del segundo trimestre de 2010.

Después de ese período, la industria pasó por un ciclo de 10 años de expansión económica y actividad de transacciones. De hecho, los últimos seis trimestres de la actividad de fusiones y adquisiciones inmediatamente anteriores al brote de Covid-19 se caracterizaron por un comercio con beneficios netos relativamente altos, un 77% más que el período de recuperación de la crisis financiera de 2008, impulsados en gran medida por la actividad de los proveedores de alta tecnología.

Además, las operaciones en las que participaron agentes de capital privado mostraron beneficios que superaron a los de los compradores de empresas. En medio de la crisis sanitaria, el volumen total de las operaciones de automoción ha disminuido un 41% trimestralmente del cuarto trimestre de 2019 al segundo trimestre de 2020, una tendencia que ha continuado en el tercer trimestre de 2020 y que puede persistir dependiendo del impacto duradero de las medidas de contención de la pandemia.

 

Lo que se viene

 

– Es probable que los inversores de capital privado y otros inversores financieros lideren una ola inicial de recuperación, como lo hicieron en 2009, desplegando el capital con un enfoque en los activos en dificultades

 

– Las empresas con balances sólidos y las que tienen acceso a la financiación serán probablemente compradores activos en la recuperación.

 

-Es probable que se centren en las oportunidades de avanzar en su posición sobre las tecnologías deseadas, apuntando con gran interés a las sinergias.

 

-Las decisiones estratégicas para salir de los mercados mundiales menos rentables pueden acelerarse debido a problemas de liquidez.

 

-Los proveedores de piezas de repuesto probablemente liderará la actividad de fusiones y adquisiciones. Esa actividad se centrará en entidades más pequeñas y en los valores de las transacciones. De hecho, los pequeños y medianos proveedores que no tienen la capacidad de obtener financiación probablemente serán un objetivo atractivo para varios tipos de compradores, entre ellos los actores de capital privado que buscan un alto rendimiento del capital invertido, fabricantes de equipos originales que buscan mitigar el riesgo y/o crear eficiencias mediante la consolidación estratégica de sus cadenas de suministro a través de inversiones directas.

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