El auge de las economías asiáticas se ha convertido en la tabla de salvación de la industria automotriz de Alemania, que pese a las ayudas estatales recibidas en 2009 atraviesa desde hace dos años la peor crisis de su historia.
"No estamos eufóricos, pero sí confiados", razonó el presidente de la Federación Alemana de Fabricantes de Automóviles, VDA, Matthias Wissmann.
"Esta industria vuelve a pisar firme en 2010", afirmó el directivo, que atribuye la mejora a la potencia innovadora de los fabricantes automotores germanos.
En el primer semestre del año, la producción alemana de automóviles aumentó un 23 por ciento a 2,85 millones de unidades. Las exportaciones se incrementaron en un 44 por ciento a 2,16 millones de unidades. La tendencia es a la inversa en el mercado alemán, donde se matricularon en los primeros seis meses del año 1,47 millones de automóviles, un 29 por ciento menos que en el mismo período de 2009, cuando todavía el Estado subvencionaba el canje de coches viejos por unidades cero kilómetro. Las exportaciones a los mercados en Asia han favorecido principalmente a los fabricantes de automóviles del segmento superior, BMW, Daimler y Audi, que han tenido que incluir turnos extra de producción y estudian acortar el período de vacaciones para hacer frente a la demanda.
Pero no sólo China promete; también en otras economías emergentes como Brasil e India podrían aumentar las ventas.
