En un artículo aparecido en la prestigiosa revista New Yorker se trató acerca de las conclusiones y datos sobre tener una empresa y ser emprendedor cuando el contexto económico no es bueno.
El artículo de New Yorker se remonta a la historia. Uno de los casos refiere a las compañías Kellog y Post, que dominaban el mercado de los cereales en caja durante los años ´20.
Cuando la Gran Depresión hizo acto de presencia la compañia Post hizo lo predecible. Contuvo gastos y redujo el dedicado al Marketing: su estrategia fue resguardarse bajo techo y esperar a que la tormenta pasara.
Kellog optó por lo contrario: en su plan de marketing se especificó una agresiva promoción vía radio y un Marketing decidido de su nuevo cereal: los Rice Krispies.
El resultado de la maniobra es que, para 1933 y con la economía hundida, los beneficios de Kellog habían aumentado casi un 30% y se convirtió en el líder indiscutible, mientras que Post se volvió irrelevante.
Aunque Kellog no es el único ejemplo y, sobre todo, las compañías que deciden recortar y esperar sólo empeoran su situación en la mayoría de los casos, se opta por seguir mayoritariamente la estrategia de Post.
Más casos
Por aquel entonces un estudio de 1927 por parte del economista Roland Vaile descubrió que aquellas empresas que habían mantenido estable su inversión en marketing, o la habían aumentado, tuvieron cifras de ventas significativamente mejores que aquellas que no lo hicieron.
Igualmente otro estudio de Marketing durante la recesión de principios de los ´80 mostraba que las empresas que también mantenían o aumentaban su Marketing, crecieron mucho más los 3 años siguientes que las que no lo hicieron.
Una de las principales conclusiones que hace el artículo es que una recesión hace a los fuertes más fuertes y a los débiles más débiles.
Si bien un presupuesto amplio ayuda mucho, la realidad que se muestra es que esos tiempos presentan una ENORME OPORTUNIDAD PARA SALTAR DE LA COLA A LA CABEZA EN CUANTO A LIDERAZGO EN UN SECTOR.
Es en estos tiempos cuando los clientes están dispuestos a cambiar, miran más buscando una mejor oferta, los días de gasto alegre no están, pero es un mito de la "sabiduría popular" que la gente simplemente deje de comprar o compre sólo lo básico.
Ajuste y movimientos
La cuestión es que en esa clase de épocas, ante una mejor oferta, la gente está dispuesta a mirar más detenidamente, y a cambiarse de proveedor si ve que le conviene.
Son épocas de ajuste y movimiento, mientras unos se resguardan de la lluvia parece ser que hay quien sale a mojarse y como premio recoge los frutos, en forma de clientes.
Otra de las conclusiones de aquel artículo era la demostración de que, aunque pudiera parecer que esas ventajas adquiridas en los malos tiempos podían ser temporales, y que esos retadores audaces que se mueven cuando los demás se paran, volverían a sus posiciones cuando la economía fuera mejor, resulta que no es así y que esas empresas se mantienen después en sus posiciones cuando la situación se "normaliza".
Es cuestión de elegir si vamos a ser Post y quedarnos en el olvido, o Kellog y ver qué podemos hacer hoy, como siempre, para ver cómo podemos poner más ojos en nuestro producto y presentar ante esos ojos una oferta mejor y distinta a la de los demás.