Inteligencia artificial

«La economía, estúpido» (the economy, stupid) fue una frase utilizada en la escena política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992.

Al entonces candidato le sirvió para convertirse en presidente de los Estados Unidos. Luego la frase se popularizó como «es la economía, estúpido» y ha sido utilizada para destacar los aspectos que se consideran inmanentes de la vida cotidiana de la ciudadanía y sus necesidades más inmediatas y, de paso, clausurar debates sobre los diagnósticos de los problemas a partir de la delimitación de lo esencial. Me valgo en entonces de la evocación para intentar aplicar la admonición según una cronología caprichosa de la historia.

1

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía. (Génesis 1:1-2)

“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. (Génesis 1:3-5).

“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. Y fue la tarde y la mañana el día segundo” (Génesis 1:6-8).

“Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra (Génesis 1:9-10).

“Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género (Génesis 1:11-13).

“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto” (Génesis 1:14-19).

“Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto” (Génesis 1:20-23)

“Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie.

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día sexto” (Génesis 1:24-31).

 

Cuenta la leyenda que al séptimo día descansó. Pero en realidad no fue así.

Todo el mundo, los mares, la tierra, los vegetales, el paraíso, los animales en conjunto se quejaron. ¿Por qué pusiste al hombre que se convertirá en el gran predador, y terminará destruyendo todo este esfuerzo?

Y Dios respondió.

Es el hombre, estúpido.

 

2

Y mucho más adelante vinieron las matanzas, y la gente se preguntó:

¿Por qué desaparece tanta gente de la faz de la tierra?

Es la guerra, estúpido

 

3

Y más adelante se crearon las máquinas de escribir y las calculadoras

Y la gente se alarmó, porque pronto caían en desuso con la aparición de nuevos artefactos y gran parte de la población perdía sus puestos de trabajo

Es la Computadora, estúpido

 

 

4

Y enseguida se crearon los primeros programas, y el mundo se dividió en analfabetos digitales y seres que poseían toda la información. Pronto cayó en desuso y volvieron a perderse cientos de miles de puestos de trabajo.

Es el Windows, estúpido

 

5

En nuestros días, hay cantidad de seres humanos que se convirtieron en chinos. Quieren volver a construir la Gran Muralla para que no entren los bárbaros. Denuncias sobre las adicciones al teléfono, a la tablet, a la computadora. Sesudos movimientos para poner coto al avance de la tecnología, la ciencia, la robótica.

Es la Inteligencia Artificial, estúpido

 

No hay caso, no se pueden frenar los nuevos paradigmas.

¿la Humanidad no lo aprendió todavía?

Sigue creyendo en los Reyes Magos.

 

El mundo siempre será igual, siempre será distinto

 

¡A despertarse y adaptarse!

 

Desde Buenos Aires,

Ernesto Beibe

Mentor

 

 

 

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