Un periodista todo terreno cuyo amor por la mecánica lo llevó a ser referente dentro de los profesionales del automovilismo argentino.
¿Cómo llegó a interesarse por el mundo del automovilismo?
Atraído por la mecánica, viendo cómo se pueden aplicar distintos elementos tecnológicos en parte para el confort y para el mejoramiento de las personas, fundamentalmente por la seguridad. Ésta se logra cada vez más en los autos, más que nada a través de reglamentaciones. Y también por propios conceptos de las terminales y de la gente que está al alrededor, insistiendo en la incorporación de elementos de seguridad en los autos. Eso es lo que más interesa y en lo que hago hincapié: cuidar nuestras vidas dentro de un auto.
Siempre me gustaron los fierros y empecé a compenetrarme desde debajo de ellos. Yo sabía que el tema de la seguridad y la tecnología tenía muchísimo futuro y me prendía de eso. Y allí seguí: hice F1 y viajé por el mundo. Y ahora continúo organizando salones de autos.
“Traverso tenía un plus”
¿A qué otros pilotos argentinos admiró además de Fangio?
Al “Flaco” Traverso. También me gustaban Mouras y Castellano. Pero el “Flaco” tenía un plus: fue un gran piloto que va a quedar para siempre.
¿Y qué piensa de su tentación de volver a correr?
Tiene mucho cigarrillo encima y mucha panza, no le va a cerrar el cinturón, va a tener que tener un arnés especial, aunque creo que la cabecita la tiene bien, por suerte. Y no puede dar muchas vueltas porque un problema de tos lo puede afectar (risas). Lo de Traverso es un tema de marketing. Porque las categorías ahora utilizan mucho el marketing en cuanto a la presentación de las carreras, en cuanto a los autos que ponen, al tema de promoción, a las promotoras.
¿Y todo eso qué resultado trae?
En realidad, las carreras son las mismas, no tiene tantos condimentos. Los escenarios son mejorados, pero los coches van todo en filita. Entonces, no se llega a tener esa emoción que por ahí tenía en otros momentos.
¿La F1 ha involucionado?
En muchas cosas, sí. Lo que pasa es que los petrodólares y a los lugares donde van es todo un gran show. Está todo muy bien hecho, de manera muy inteligente. Pero las competencias interesantes son contadas con los dedos de una mano.
“Fangio, 4 veces mejor”
¿Cómo es el automovilismo de ahora en relación de cómo era el de antes, más que nada desde el punto de vista periodístico?
Ahora es más tecnológico, antes era más artesanal. Cada sector se ocupa de lo propiamente dicho. El periodista relataba y hacía las notas. La persona que hacía los chasis, se dedicaba a eso y no tenía tanta participación mediática. La gente de los motores, también. Cada uno, con su rol. Se vivía en comunidad. Ahora hay una expansión y existe más protagonismo en cada uno se los sectores, lo que para uno es bueno y para otros, malo.
¿Y cómo les iría a los pilotos de antes con la tecnología de hoy?
Fangio, por ejemplo, hoy sería cuatro veces mejor. Ellos corrían con la cabeza afuera y con un casco que con un toque ya quedaban ahí parados. Esas comparaciones de quién es mejor: si Fangio, si Schumacher, Ayrton, Prost… no tiene sentido… Fangio corrió en pisos imposibles, acelerando y teniendo una capacidad mental para resolver sobre milésimas de segundos.