El empresario que administra financieramente su propia organización, ¿emula al pastor que cuida su rebaño o al lobo que quiere abastecerse de él?
En toda Pyme existen los llamados “retiros” o “adelantos” de los dueños. Es decir, una determinada cantidad de dinero que los dueños reciben de la empresa, a veces escalonadamente, a veces todo junto, a veces en base a un monto fijo, y a veces no.
La cuestión pasa por saber cuánto de ese dinero corresponde a la “tarea realizada” por ser Director, Gerente o cualquier otra posición que cubra en la empresa, y cuánto corresponde a “renta de la inversión”, también llamada “beneficio empresario”.
La importancia de lo anterior radica en que:
- La remuneración por la tarea puede ser un costo fijo.
- La renta de la inversión debe ser variable, atada al resultado del período, o al menos limitada por éste.
Generalmente el empresario Pyme retira “lo que necesita”. Entonces la pregunta es: ¿lo que necesita está por encima o por debajo de la tarea que realiza? Y también: ¿lo que necesita está por encima o por debajo de lo que realmente puede pagar la empresa?
Si se quiere simbolizar al problema y sus riesgos, la pregunta entonces es: el empresario que administra financieramente su propia organización, ¿emula al pastor que cuida su rebaño o al lobo que quiere abastecerse de él?
Depende sólo de una decisión personal, familiar (en el caso de empresas familiares) y empresaria.
De ahí la importancia de realizar un minucioso estudio de costos y resultados reales de cada período mensual, y establecer en base a estos (y no a las necesidades personales) un criterio claro para los retiros, sean éstos fijos, variables, o un mix de ambos.
Para la empresa, lo más conveniente siempre es “separar” su economía de la de sus dueños. Es más: ni siquiera ambas tienen por qué estar en la misma situación.
Cuando las necesidades personales de los dueños se priorizan por sobre las necesidades operativas de la empresa, se está en un riesgo cierto de “problemas competitivos”, y de hecho constituye una de las causas más habituales por las que terminan quebrando muchas Pymes exitosas en lo comercial, o en el mejor de los casos “andando a los tumbos” cuando en realidad poseen potencialidades para ser exitosas.
Entonces, antes de programar sus retiros, es de vital importancia para todo empresario Pyme saber cuál fue el resultado financiero y económico del último mes. Y de ser posible, el promedio anual del mismo, para entonces sí, con datos concretos surgidos de un análisis válido, poder discernir entre “trabajo y renta”, y definir un monto o porcentaje “acorde” con las necesidades de la empresa.
Esta elección que consiste en “cuidar” a la empresa, seguramente le deparará el beneficio de poder contar con más retiros durante más tiempo.
A modo de recomendación, se puede seguir el siguiente criterio:
- Definir primero el “valor” de cada tarea en pesos, sean éstas ejercidas por dueños, familiares, o no, y establecerlos como montos fijos de remuneración (retiro fijo).
- Si la empresa está endeudada por sobre lo aconsejable, sólo liquidar el valor del trabajo realizado a cada uno, sin renta.
- Si la empresa esta “sana” financieramente, programar una renta en porcentaje del resultado económico, dependiendo sólo del porcentaje de propiedad y no del trabajo, haciendo con esto una “remuneración variable” (retiro variable).
- Revisar periódicamente la “política” adoptada en cuanto a los porcentajes de retiro variable, en pos de otras necesidades de la empresa como inversiones, costos hundidos, etc.
Es preferible rever el monto de los retiros y encasillarlos dentro del presupuesto de costos, que cargar sobre la economía de la empresa retiros encubiertos, que se pasan como gastos a la empresa, cuando en realidad son gastos personales de los dueños.
Estará entonces en cada empresario Pyme ser el “pastor” o el “lobo” de su propia historia empresarial.
Por Néstor Setzes | setzes@ub.edu.ar
Profesor y Técnico Universitario en Administración Pyme
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