La cultura empresarial

Es el conjunto de valores, creencias, ideas e historia que sustentan la conducción de una empresa. Se denomina “cultura empresarial” al conjunto de valores, creencias, ideas e historia que sustentan la conducción de una empresa. Si se aplica el término a la PyME, se lo debe relacionar directamente con el dueño y/o gerente que la conduce, y por ende, con sus propios valores, ideas e historia. Aquí es donde se hace muy importante tener en cuenta un principio fundamental para el gerenciamiento: “las culturas se aprenden”, lo que alienta siempre la posibilidad de cambio y mejora, y de ahí la importancia de tomar conciencia de que en toda organización, pero fundamentalmente en una PyME: “de la cultura empresarial dependen las ventajas competitivas de la propia empresa” Esto significa que las posibilidades de supervivencia y crecimiento en una PyME siempre están directamente relacionadas con las propias capacidades para resolver de su dueño y/o gerente. Analizando las distintas “culturas empresariales”, dos investigadores (Miles y Snow), postulan o diferencian cuatro tipos bien definidos, que dependen de las estrategias de dirección que se aplican. Estas culturas son: Innovadora, Defensora, Analista, y Reactiva. Veamos qué significa cada una:

  • La cultura innovadora pertenece a aquellas empresas que están siempre a la vanguardia, que arriesgan permanentemente y proponen cosas nuevas. Responden rápidamente a nuevas oportunidades de negocios. Son inestables. Aquí el riesgo (y la ganancia si la hay) es mucho mayor. Son las empresas que “hacen punta” o “pegan primero”, ya sea en el desarrollo de nuevos productos (bienes, servicios, ideas) o mercados.
  • La cultura defensiva se ubica en el otro extremo. Es lo que definiríamos como “conservadora”, ya que pertenece a empresas que pretenden asegurar lo conseguido (un mercado, el posicionamiento de una marca o un producto, etc.). Buscan posiciones seguras en mercados estables. Se especializan en uno o pocos productos. No están a la vanguardia en innovación tecnológica. Cambian dificultosamente. Las rentabilidades son más bajas, pero más estables.
  • La cultura analista es una intermedia entre las anteriores. Pertenece a empresas que realizan menos cambios y con más lentitud que las “innovadoras”, pero están menos comprometidas con la estabilidad y eficiencia que las “defensoras”. Intentan mantener una cartera de negocios estable, pero están atentas a la innovación. Generalmente no son las primeras en cambiar, pero siguen los cambios o nuevos desarrollos. En las innovaciones, analizan y luego entran a competir con mejores costos, calidad y servicios.
  • La cultura reactiva es aquella que pertenece a empresas que sólo reaccionan cuando no queda otra o ya los problemas las superan. Carecen de una estrategia definida. No tienen planeamiento. No arriesgan en innovaciones. Responden exclusivamente cuando las circunstancias externas las fuerzan. Sobreviven día a día. Son las de más alta tasa de mortalidad a medida que los mercados se hacen competitivos.

Néstor Setzes
Por Néstor Setzes | setzes@ub.edu.ar
Profesor y Técnico Universitario en Administración Pyme
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