Las claves de la iniciativa personal

Resignarse a hacer lo mínimo indispensable, es decir, la ausencia de proactividad, puede significar hoy quedarse afuera del mundo laboral.

 

 

Un episodio doméstico -la rotura de un picaporte de una puerta interior en mi estudio- inspiró este artículo. Al no poder abrirla, decidí contactar al cerrajero de confianza. Tras no hallarlo, acudí a Google y llamé a tres de sus colegas, quienes se mostraron sin predisposición para acudir al domicilio -en un radio de diez cuadras- a hacer su trabajo (por el que iban a cobrar).

Inmediatamente, sin darme por vencido, contacto al encargado del edificio, consultándole acerca de algún otro cerrajero del barrio. Me respondió que no conocía a nadie. Y hace 15 años que trabaja en esta vecindad.

¿Un encargado de edificio que no disponga de una lista de dos o tres cerrajeros, además de todos los demás rubros domésticos que seguramente necesita, puede hacer brillantemente su trabajo?

Sin hacer un juicio de valor al respecto, el tema me sirve como evidencia de la falta de iniciativa que se liga directamente con la ausencia de proactividad.

El “hacer lo mínimo indispensable” hoy, te deja afuera del mundo laboral.

Otro aspecto para considerar es que muchas veces se piensa que la falta de iniciativa es una cuestión de formación y de falta de acceso a los estudios. “No le da la cabeza”, enjuician algunos, Debo decir que conozco centenares de personas en tareas de servicio que mantienen bien alta su iniciativa y permanentemente proponen espacios de mejora en sus trabajos y en sus vidas personales.

Las personas se estimulan cuando perciben que el entorno permite oportunidades de aprendizaje, crecimiento, desarrollo, estímulo y gratificación. Y el hacer experiencia en ciertos campos aplicando lo que se sabe -e incluso lo que se va incorporando en el día a día- es uno de los aspectos más relevantes de permanencia de la gente en un trabajo.

 

Los síntomas de una vida sin iniciativa

La creatividad y la iniciativa propia son dos de las habilidades blandas más requeridas para cualquier tipo de trabajo en el que te postules, independientemente de tu título profesional.

 

Si no tienes iniciativa, estás destinado a:

-Quedarte estancado para siempre en tu puesto básico de trabajo.

-Dependerás de que siempre los demás te digan qué hacer.

-Te usen como aquel que “no sabe hacer nada” y te den tareas mínimas.

-Desperdiciarás tu potencial.

-Dejarás que las oportunidades sean para otros, ya que nadie pondrá en foco en ti por tu falta de iniciativa.

-Te pondrás reactivo ante cualquier mínimo intento de cambio del status quo de las cosas, ya que la comodidad y la mediocridad son tu forma de vivir.

-Y aquí aparece una interesante elección que puedes tomar:

Si lo que quieres es que tu vida laboral y personal sea chata y con un total aburrimiento, mantente sin iniciativa.

-Si lo que deseas es aprender, desarrollarte, avanzar y tener más oportunidades, necesitarás tener iniciativa permanentemente.

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