Actriz de televisión y teatro, Laura Azcurra nos confiesa que entiende algo» de mecánica, que sabe manejar muy bien y que su especialidad es cambiar las ruedas de Tomatito, su Suzuki Fun «
La conducción del programa “Ciudades & Copas” para Discovery Travel & Living te llevó a recorrer países como México, Brasil, Chile, etc, ¿en esos lugares donde no conocés los caminos, ¿te gusta manejar o preferís que te lleven?
Tengo un problema serio con las autopistas, siempre me pierdo. Las carreteras de Europa son una delicia, pero solo manejé en las de Florida y California siguiendo al auto de adelante, claro.
Si se rompe tu auto en un lugar así, ¿que hacés? ¿Te desesperás y buscás ayuda o intentás arreglarlo como sea?
¡Las tres cosas al mismo tiempo! (risas)
¿Sabés algo de mecánica?
Puedo saber cuál es el problema y dónde pueden estar algunas cosas del motor, pero mi especialidad es cambiar ruedas.
¿En qué auto aprendiste a manejar? ¿Quien te enseñó?
Me enseñaron algunos amigos, bastante inconscientes, que me prestaban sus autos y dejaban que yo condujese. Después aprendí en una escuela, rendí el examen, pero me bocharon porque le confesé al que me lo tomaba que no había estacionado en tres maniobras. Al mes recargué coraje y volví.
Manejo desde los 17 años y sinceramente me considero una excelente y prudente conductora.
¿Que auto tenés actualmente?
Un Suzuki Fun rojo, al que le digo “Tomatito”. Es muy flamenco. Para cuidarlo, me ocupo de que tenga agua, aceite y jamás me quedo sin nafta, pero la chapa y pintura están libradas a nuestro Señor y la Madre Naturaleza.
¿Cuál fue tu primer auto?
Un Ford fiesta blanco, alemán. Se llamaba Greta, era divina…
¿Por qué crees que el coche es un lugar de fantasías sexuales para los hombres?
En el auto está puesta la sexualidad del hombre de acuerdo a la forma, tamaño y estilo que tenga su modelo. A mí, el auto me dice muchas cosas del conductor.
¿Cual es el coche de tus sueños?
Alguna camionetita todo terreno para conducir por donde sea. O un Mercedes “retro” para la ciudad con asientos de cuero y botoncitos setentosos por doquier.
¿Recordás alguna anécdota buena o mala que hayas vivido a bordo de un auto?
¡Uf, tantas! El auto es un escenario extraordinario de la vida, pasa de todo. Tomatito es mi gran compañero, si estoy sin él, me muero. Pasé un poco de todo en cada uno de mis autos, peleas, reencuentros, enamoramientos, salidas, charlas interminables y paseos hermosos, entre otros.
Algunas multas y la mejor buena onda a la hora de hacer reflexionar a los nerviosos y ansiosos conductores argentinos. Yo no uso bocina y las pocas veces que me putean sonrío y le tiro un beso al conductor.