Excéntrico, controvertido y genial. Esa puede ser la definición del desaparecido Michael Jackson. Y entre tanto dinero que gastó se incluyen estas piezas automovilísticas de alto nivel.
Michael Jackson poseía al menos cuatro limusinas, incluyendo un Rolls Royce Silver Seraph decorado de una forma un tanto inusual: su interior parecía haber sido extraído directamente del palacio de Versalles. Al parecer fue el propio “Jacko” quien diseño el interior del coche, lo que explica el generoso uso de oro de 24 kilates. El coche dispone de un motor V12 de 5,4 litros en bloque de aluminio que desarrolla una potencia de 322 CV.
Entre sus limusinas, también podemos encontrar un Rolls Royce Silver Spur II de 1990, color negro en contraste con la tapicería interior de piel blanca. Completando el interior encontramos cortinillas blancas que adornan los cristales y un servicio de bar completo. Por otro lado, su Lincoln Town Car de 1988 blanco tiene un tono un tanto más moderado.
La cuarta limusina es el Cadillac Fleetwood de 1954 que se utilizó para rodar el film ganador del Oscar “Conduciendo (O Paseando) a Miss Daisy”.
Algunos otros de sus vehículos son una furgoneta Ford Econoline de 1993 con asientos de piel, pantallas de televisión individuales y una consola de videojuegos antigua, un camión de bomberos GMC High Sierra de 1986, un todoterreno GMC Jimmy de 1988 y una réplica de un Detamble modelo B Roadster de 1909.
La colección se completa con un autobús Neoplan de 1997 con asientos y cabinas individuales y una corona de rey bordada en la alfombra. Posiblemente fuese utilizado por Michael en la gira History World Tour, e incluye un cuarto de baño terminado en porcelana, oro y granito.
