Los inútiles con poder

Ocasiones en que el mando es controlado por alguien sin capacidad para hacerlo

Queda claro que no son sinónimos poder, autoridad y liderazgo.
El poder esta asociado a la fuerza. La gente les teme.
La autoridad está asociada a la legitimación. La gente los respeta por sus saberes.
Y el liderazgo, a la aceptación por parte de aquellos que invisten al líder. Los líderes de grupos ejercen una influencia en forma muy acotada sobre muchas o pocas personas, pero no sobre toda la organización.
Quien porta la autoridad es legitimado por sus conocimientos y su trayectoria, pero jamás ejerce poder sobre sus colaboradores.
Menos sobre sus pares. El poder se toma, nadie lo otorga. Y por lo general, quien lo ha conseguido no lo comparte.
Los dictados del dueño Casi siempre, en las empresas, el poder lo tiene el dueño, porque tiene a su mando todas las decisiones y el poder de tomar o despedir gente.
Por lo que, quien quiera pertenecer, trabajar en esa empresa, deberá subordinarse a los dictados de su dueño. Por supuesto que la gran mayoría no abusa del poder. Pero nuestra función como Mentores, no es preocuparnos por lo que funciona bien (la gente se arregla sola) sino detectar y ayudar donde surgen dificultades. Entonces, veamos qué resultados indeseables puede tener una persona autocrática que no oye, no le importa más que hacer su voluntad, y además goza con detentar el poder sobre los demás. Cuando es una Empresa Familiar, el fundador no solo es poderoso con sus empleados, sino también con los familiares a quienes va integrando, y lo hace saber por todos los medios. En general es de una personalidad insoportable, porque cuando se siente con las plenas fuerzas, será igual con sus empleados, sus hijos, sus proveedores y clientes. Hace ganar dinero a su empresa: tal vez pague bien o mal a sus empleados, pero a fin de mes, finalmente, está el sueldo.
Su familia vive bien.
Pero finalmente, como decíamos en otra oportunidad: ¿esto es el éxito?
La transferencia del poder Lo más probable es que este empresario comience a tener fricciones con su sucesor en el momento de transferir el poder, que generalmente es cuando sus fuerzas declinan. Porque a este tipo de personas no lo mueve nadie del lugar donde se enquistaron. Entonces, cuando afirmamos que “El poder se toma, nadie lo otorga, y por lo general quien lo ha conseguido, no lo comparte”, lo más probable es que su sucesor deba tomar, conquistar, arrancar este poder. No le será entregado, deberá hacerse de él. Bien, CUIDADO, este es el momento muy grave para la empresa. En el momento que haya un vacío de poder, este será tomado inexorablemente por alguien que ya esté en la empresa desde hace mucho tiempo, pero que no esté preparado para dirigir. O un gerente nuevo al que tomen “para ordenar la empresa”, dado que cuando haya una transferencia de poder, sea por las buenas o por las malas, se generará inexorablemente un caos. Porque la gente deberá alinearse entre las viejas y las nuevas lealtades. Entonces se toma equivocadamente a alguien para “ordenar la empresa”, en vez de tomar a un especialista que ordene la sucesión en forma orgánica. Entonces este alguien, aún sin quererlo, se encontrará con la suma de poderes de la empresa , lo que va a agregar más confusión y más caos. Nuestra experiencia como Mentores indica que de esta situación salen todos lesionados. Pierde la empresa, porque el caos hace que disminuyan las operaciones normales, y los proveedores y clientes lo notarán, con descrédito para la organización. Pierde el fundador porque ya no es escuchado y puede vivir solo de recuerdos, pero la realidad y el menosprecio lo acechan. (La leña del árbol caído) Pierde el sucesor, porque tiene que armar toda una estrategia de posicionamiento, especialmente en nuestros días, donde todo es tan cambiante y los tiempos juegan en contra. Y pierde el profesional a cargo del “poder”, que generalmente termina con una úlcera en el estómago u otras pequeñeces por el estilo, porque flota en aguas que no conoce, al tener que pelear con las bases fundacionales de una empresa que harán todo lo posible para volver a recuperar antiguos equilibrios. Eso lo pone en un lugar de enemistad con cada integrante de la empresa. Entonces:

  • Es importante comprender y resolver la forma de la sucesión dentro de la empresa, en especial cuando el fundador ha sido y es muy poderoso.
  • No buscar resolver el “caos” del traspaso de poder con profesionales que comprenden sólo de situaciones instrumentales del management, pero no de la parte “soft” de las relaciones de poder.
  • Relevar a los profesionales de la responsabilidad de hacerse cargo del poder de la empresa. Hay una minoría que tal vez pueda resistirlo y hacerlo bien, pero la mayoría terminan enfermándose y enfermando a la empresa.

Finalmente, es importante la aparición de un profesional que no esté en un lugar de poder, pero sí de conocimiento para poder ver toda la empresa en forma global. Un profesional que pueda ayudar a discernir y a comprender por dónde pasa el poder, quién lo detenta, quién será el más apto para continuar la empresa. Que pueda cambiar poder por autoridad legítima, que le ayude a desarrollar y hacer perdurar la empresa, que por lo general está hecha a fuerza de iniciativas, pero también de tiempo, sudor y lágrimas.

 

ernesto beibe

Por Ernesto Beibe | Mentor
ernesto.beibe@gmail.com l www.mentoringempresario.com
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