Los jóvenes viejos

Leo Burnett está considerado uno de los grandes maestros de la publicidad. Creador del vaquero de Marlboro y del muñequito de Pillsbury, Burnett se terminó burlando de quienes le auguraban un mal final: «Vas a terminar vendiendo manzanas en la esquina», le decían. «Yo las voy a regalar», retrucaba. Es así que en sus sucursales de todo el mundo impuso la costumbre de regalar manzanas a los visitantes. Sólo el año pasado se repartieron 713.430. Creador de modas y estilos, esta es su opinión sobre la tendencia que indica que los viejos no saben nada.

Había un tiempo en que se valoraba la experiencia de las personas mayores de edad, la cual era trasmitida a los más jóvenes. En los países orientales, se venera a los ancianos porque ellos han preparado el terreno para las nuevas generaciones y esa es una forma de reconocer y agradecer el esfuerzo, la dedicación y el trabajo que hicieron en su momento.

Pero el mundo ha cambiado y hoy se valora más a los jóvenes porque se cree, erróneamente, que juventud es sinónimo de "ser joven".

En una de las paredes de mi estudio, hace años que está colgado un aviso de publicidad que escribiera Leo Burnett -uno de los grandes maestros de la publicidad- y cuyo titular dice: "¿Qué es ser joven?" Considero que las palabras de Burnett describen y aclaran con gran simplicidad la diferencia entre la juventud y "ser joven".

Espero que usted, estimado lector, comparta conmigo este pensamiento y le sirva para poder elegir en el futuro a los verdaderos jóvenes necesarios, para obtener los logros personales o de su empresa en forma más creativa y eficiente.

El aviso dice así:

¿Qué es ser joven? ¿Qué es ser joven y cuando uno lo es? El ser joven es una actitud, un espíritu. Una forma distinta de mirar las cosas. O de responder a ellas. No es una edad. No es un estilo de peinado o una prenda de vestir o un ritmo musical. Joven puede ser un niño mirando una margarita con curiosidad y alegría… o Verdi a los 81 años componiendo una de sus mejores óperas.

Joven puede ser un adolescente balanceándose sobre una tabla de surf… o Einstein, en sus setenta, todavía trabajando en su Teoría de la Relatividad, navegando en su velero o tocando su querido violín.

Ser Joven no es un monopolio de la juventud. Sobrevive, florece en cualquier lugar en donde la visión se mantiene fresca, los músculos de la mente están firmes, y sus jugos fluyen libremente.

No valoremos a la juventud por su propio sentido, por su doctrina, slogans y estilos del momento. Ni los despreciemos por ninguno de estos motivos. En su lugar, respetemos el Ser Joven. No importa en donde lo encontremos. Así su barba sea suave y enrulada, o dura y gris.

El espíritu no tiene color. Es siempre transparente, con su propio brillo de la imaginación.

A la Juventud se la debe escuchar. Pero debemos de seguir a aquél que es Joven. No existe un vacío entre los que son Jóvenes de cualquier edad.

Si podemos identificar la diferencia, seremos más justos y crearemos un mundo mejor, contagiándonos del espíritu de la verdadera juventud.

Moraleja: no confundamos a los Jóvenes Viejos con los Viejos Jóvenes, no importa su edad, raza o credo.

 

joe company
Por Joe Company | company@fibertel.com.ar
Consultor en Marketing y Director de Company / Company.

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