Maestro del cuatriciclo, indudablemente fue una de las figuras del 2010, luego de su triunfo en la carrera más exigente del año. Aquí, su historia, sus vivencias en el Dakar, su manera de correr. ¡Todo!
¿Cuándo y cómo empezaste a correr en cuatriciclo?
En serio, empecé a los 15 años. Pero de chico me gustaban las motos. Ya mi viejo me inculcó lo de ser fierrero; desde que tenía un año iba con papá a andar en moto. A los 5 años, empecé con una motito. En el ’90 compramos el primer cuatri y en el ’92 corrió mi hermano la primera carrera de cuatriciclo. Comenzamos como un juego lo que después ya fue de verdad.
¿Con qué dificultades te encontraste cuando te diste cuenta de que querías competir?
Ninguna, porque desde chico ya andaba arriba de la moto y tenía experiencia. Siempre fui una persona muy nerviosa en el momento de largar, como todo el mundo. Pero cuando ya empieza la carrera, se me van todos los nervios.
¿Qué te decían tus papás al respecto? ¿Te apoyaban?
Todo el tiempo. A full. Ellos mismos fueron los que me llevaron de chico a correr.
“Al borde de pegarte un palo”
¿Cuál es la fórmula para correr el Dakar?
Principalmente, hay que tener mucha experiencia arriba de un vehículo para que no te pasen por arriba. El Dakar es una carrera muy difícil, demasiado peligrosa. Si no tenés experiencia, te pueden pasar muchas cosas, porque tenés que andar por lugares que no anda nadie. Uno mismo quizá tiene toda la experiencia y de golpe venís a fondo, te cebás un poco, y quedás al borde de pegarte un palo.
¿Cómo se sobrelleva el día a día en el Dakar, desde que empieza la jornada hasta que termina?
En mi caso, normal. Arranco muy temprano, la voy pasando. Siempre con un poco de cansancio. Con tensión, porque no sabés lo que va a venir. No es como una carrera que vas a un circuito y sabés lo que tenés que hacer: acá son todos imprevistos y todo el tiempo hay que estar muy concentrado, con la hoja de ruta navegando. Sin cometer ningún error. Todo el tiempo mirando los waypoint, viendo de no pasarte ninguno… Imaginate que te comés un waypoint y te penalizan con tres horas. ¡Y así perdés la carrera!
En la competencia, ¿cómo y dónde se descansa después de un día de carrera?
Con mi familia, en una casa rodante. Duermo ahí 5 ó 6 horas. Cuando llegás, tenés que comer, ir al briefing, hacer todas las cosas de la carrera te lleva mucho tiempo. Después tenés que descansar y al otro día, ¡a largar de vuelta!
¿De qué forma se prepara el cuatri para poder competir?
Se compra uno estándar y después se prepara todo lo que es motor, chasis, se modifica bastante para que sea de carrera. Se compran todos los fierros en los Estados Unidos y se arma acá.
¿En qué cosas metés mano para arreglar tu vehículo antes de correr?
Todo lo hace el piloto. Al mecánico se le dice lo que tiene que hacer, no es que el mecánico va, mira todo y vos te vas. Vos vas y le decís: “Hacé esto, lo otro, cambiá las ruedas, el aceite, fijate las mangueras, fijate el cierro, todo”. Todo se lo decís vos porque vas sintiendo cómo está tu cuatri.
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