EEUU sigue siendo uno de los países líderes en fomentar la seguridad vial y el endurecimiento de las medidas de seguridad activa y pasiva del vehículo.
Hace meses vimos que quieren establecer la cámara trasera como obligatoria a partir de 2014, pero esta no es la única medida que pretenden imponer desde la Administración federal. Nueve senadores estadounidenses han presentado una propuesta para reducir la siniestralidad de accidentes impregnados en alcohol.
La idea es destinar una partida de 60 millones de dólares para investigar nuevos sistemas de detección de alcohol, que se instalarían en los vehículos, cuyos frutos servirían para implantar un dispositivo en todos los coches de nueva fabricación.
La investigación se centraría en desarrollar nuevos dispositivos que sustituyan al tradicional alcoholímetro, demasiado aparatoso como para montarlo en todos los coches. Uno de los senadores considera que pueden desarrollarse sistemas que detecten el alcohol que lleva en el cuerpo una persona simplemente por posar las manos en el volante.