La ex chica Olmedo se atreve a todo. Hace poco volvió a calentar la TV con su participación en el elenco de Mitos, además escribió un libro y se dedica al arte. En esta entrevista exclusiva dispara contra los hombres. ¿Quiere saber por qué?
-En relación a los vehículos, ¿quién te enseñó a conducir?
Aprendí con un hombre de una academia. Mi aprendizaje fue muy gracioso, ya que el auto estaba hecho pedazos, el volante era como un flan y mi primer día de manejo lo hice sobre la Panamericana. No les puedo explicar cómo llegaba a mi casa luego de esas salidas. Me temblaban las piernas y parecía que me había dado una ducha. Sin embargo, valió la pena tanto sufrimiento porque hoy manejo muy bien.
-En tu opinión, ¿el auto es un espacio romántico para las mujeres?
Depende. Si es una primera cita y el caballero es cuestión te gusta mucho, el primer beso en el auto está bueno.
-¿Por qué crees que el coche es un lugar erótico para los hombres?
Los hombres en general encuentran que todos los lugares son sensuales. Creo que sienten que el auto es su territorio y por eso, se excitan más. Para mi un vehículo no es erótico pero sí es cierto que es como si fuera mi segunda casa en situaciones de inseguridad porque te subís y te sentís protegida.
-¿Te gusta conducir?, ¿con qué modelo te manejás?
Sí, me gusta, pero no en el centro de la ciudad. Mi auto es un Volkswagen Golf. Normalmente, lo que más me importa es que funcione bien y no correr riesgos innecesarios.
-¿Qué cosas son indispensables en el auto de Susana Romero?
El perfume, la música y mis perros.
-¿Cuál es el coche que te comprarías si fueras millonaria?
El mismo BMW serie 3 que tienía el personaje de Martín Montesalvo en “Mitos”.
-¿Recordás alguna anécdota personal que hayas vivido a bordo de un auto?
Sí. A los 16 años un señor con el que yo trabajaba, se ofreció para llevarme a mi casa en su auto. Este buen hombre tenía un Jaguar y de repente, como yo estaba fascinada con el modelo porque nunca había visto un auto semejante, comenzó a ponerse muy cariñoso y no quería dejarme en mi casa. Después de luchar un poco tratando de sacármelo de encima le dije mi edad y partió raudamente dejándome en mi domicilio.]]>