Un crimen, un suicidio y cuatro víctimas

La crónica policial relató el mes pasado la trágica historia de dos hermanos cordobeses. El autor de esta nota prefiere analizarlo como un profundo drama familiar». «

La razón de nuestra columna es conversar acerca de los conflictos familiares. A lo largo de todos estos meses pudimos darle nombre a determinados conflictos, describimos otros y pudimos tratar de hacer prevención en temas que (de no comprenderlos) devendrían en problemas mayores. Pero nunca estuvimos tan cerca de todo lo dicho y prevenido, con un desenlace tan funesto como esto que convalida todas nuestras explicaciones y que vuelve a alertarnos acerca de los conflictos no resueltos a tiempo. Llegó una estremecedora noticia de la provincia de Córdoba, acerca de un crimen fraterno y un suicidio posterior, protagonizados por dos víctimas de menos de 40 años. Lo que en los diarios locales aparece como una cronología de un hecho policial, dista de ser catalogado como un ataque de un victimario a su víctima y un posterior suicidio por culpa. Aquí, una breve reseña de cómo trataron los diarios la cronología de esta noticia:

* Diario “La Voz del Interior” (Córdoba, diciembre de 2005)
Lunes 5. Claudia Fernández avisa a su amiga que teme reunirse con su hermano. Esa tarde, Pablo Fernández la habría matado y trasladado al campo. Viernes 9. La madre formula la denuncia por la desaparición de la joven.
Madrugada del 13. El hermano se quita la vida y deja una carta sobre cómo mató a Claudia. La Policía no puede descifrar dónde está el cadáver. Miércoles 14. La madre concurre al campo. Hallan el cuerpo, semidestruido por cal viva, a las 12.15.

Este profundo drama familiar (no policial), tuvo un desenlace en ocho días de un sistema de odios y violencias, de situaciones no explícitas, de celos y envidias provocadas y promovidas por un sistema familiar disfuncional, del que estos dos hermanos fueron víctimas. * Diario “Clarín” (Buenos Aires, 14 de diciembre)
"No la maté por problemas económicos ni de capital. Ella siempre me hacía sentir menos” * Diario “La Mañana” (Córdoba, 16 de diciembre)
“…la dura personalidad evidenciada por el hermano de la letrada en todo el proceso de la investigación…”
Por eso sucedió esta situación de catástrofe que desnudó el sufrimiento de dos personas, de dos víctimas, que tuvieron una sola forma de salir de este encierro familiar: la muerte. * Diario “Clarín” (Buenos Aires, 14 de diciembre)
“Según personas que los conocieron, los hermanos nunca se llevaron bien: dicen que ambos eran ‘de carácter muy fuerte’, competían por el afecto de sus padres y también en sus logros profesionales”
La palabra catástrofe proviene del griego, katastrépho (“darse vuelta”). En el teatro griego, mientras los actores juegan el drama y la tragedia, el coro va relatando lo que sucede. En la última parte del poema dramático, especialmente en el momento del desenlace doloroso, el coro se da vuelta y no mira lo que sucede, pero habla y dice lo que sucede. Es como si le resultara insoportable saber, pero sabe; es como si le resultara insoportable conocer, pero conoce, y además lo expresa. Cuando nos encontramos con esta tragedia familiar, uno comienza a oír a la gente que conocía a la familia, que convivía con la familia, que vivía dentro de la familia, y se da cuenta de que todos conocían cómo iba a ser el desenlace final, aunque no supieran exactamente quiénes iban a ser los actores de este final infeliz.

* Diario “La Mañana” (Córdoba, 15 de diciembre)
“…fue llamativa la inesperada presencia de Lidia de Fernández -la madre de los hermanos muertos- en la zona de búsqueda… La mujer, de personalidad introvertida y hermética…” * Diario “La Voz del Interior” (Córdoba, 14 de diciembre)
“Amigas de la abogada asesinada aseguraron que la familia de Claudia Fernández era ‘muy cerrada y agresiva’ y que la joven no era unida con su madre, porque el hijo menor ‘era el preferido’”
En este caso les tocó a dos hermanos actuar esta trama familiar tan compleja, tan disfuncional. Actuar y pelear por una herencia que no fue pautada de antemano por quien debía ejercer su voluntad, que era el padre, que dejó el conflicto como una bomba de acción retardada en manos de sus hijos, promoviendo una pelea, una lucha que iba más allá de la heredad concreta. Todo esto con la necesaria complicidad de una madre que no pudo ni supo velar por la justicia entre sus hijos y permitió que se llegara a esta situación extrema. Cuando vamos enterándonos a través de las noticias de sesgos de comportamiento de esos padres, nos damos cuenta de que este caldo de cultivo no desarrolló esta tragedia en un poco más de una semana. * Diario “La Voz del Interior” (Córdoba, 14 de diciembre)
“La madre fue abandonada o quedó huérfana muy chica y se ve que reprodujo en su propia familia esa carencia de afecto. Todos tenían carácter fuerte y eran poco comunicativos”
Hay rasgos del padre dominante, colérico y violento que modelaron a estos hijos. Se generan complicaciones cuando no resuelve la herencia quien tiene la autoridad de hacerlo.

* Diario “Clarín” (Buenos Aires, 14 de diciembre)
“La Justicia no descarta las discusiones que por la herencia paterna habrían tenido los hermanos… Como Claudia no solucionaba el problema, Pablo se habría enfurecido con ella y la golpeó hasta matarla" * Diario “La Mañana” (Córdoba, 14 de diciembre)
“La muerte del padre de ambos, un año y medio atrás, y los problemas de sucesión de bienes, habrían constituido el disparador final de un parentesco que nunca había sido muy bueno”.
¿Qué sembraron estos padres para generar tanta violencia que consiguió que los dos se mataran entre sí? * Diario “La Voz del Interior” (Córdoba, 14 de diciembre)
“Llamaba la atención que, en las navidades, si se juntaban, no brindaban ni se besaban. Una vez, para unas fiestas, Pablo le habría pegado a Claudia. Siempre discutían.”
Porque en realidad Claudia hería a su hermano con la palabra y a la vez éste eligió la peor manera de responderle (o la única que conocía), la violencia física, porque dónde sino en esa casa se respiraba un aire de violencia, aún en vida del padre.

* Diario “Clarín” (Buenos Aires, 15 de diciembre)
“Es evidente que la relación no era un lecho de rosas. Dicen que desde hacía mucho tiempo las tensiones aparecían como una constante en la vida de los hermanos. Es que los dos eran ‘de temperamento fuerte’”
Tenemos un padre que no pudo o no supo organizar pacíficamente a su familia; una madre paralizada por sus propias limitaciones, y situaciones no elaboradas a través de los años. Y ninguno es un delincuente pa ra la crónica policial. Debemos, entonces, agregar dos víctimas más a esta historia terrible. Los padres generadores y víctimas de una trama que, seguramente aún hoy, ni ellos ni nadie comprende. Historia entretejida con otras historias de ancestros que seguramente educaron a estos padres y les enseñaron a ser padres con violencia o retracción. Esta historia es una señal que debemos escuchar. La de no dejar de resolver cada conflicto, cada mal-entendido, y si no es posible resolverlos entre la familia, acudir a amigos, otros familiares o los profesionales idóneos que pueden ayudar a conjugar este peligro de destrucción con los resultados que saltan a la vista.

 

ernesto beibe

Por Ernesto Beibe | Mentor
ebeibe@speedy.com.ar l www.mentoringempresario.com
]]>

Podes compartir esta nota

Contacto

Un sitio multimedia integral enfocado específicamente al aftermarket, la postventa y la industria automotriz con la información compendiada y resumida como ningún otro medio lo puede ofrecer, con noticias elaboradas por un equipo de profesionales con corresponsales en Brasil y México. 

Por favor, activa JavaScript en tu navegador para completar este formulario.