El caso no ha podido ser demostrado y ahora la empresa busca reparar el daño por la errónea acusación.
Carlos Ghosn, presidente de Renault, y su segundo a bordo Patrick Pélata se disculparon públicamente a los tres empleados que fueron despedidos acusados de espionaje industrial. Finalmente, no se ha podido demostrar el caso contra ellos.
Los dos directivos publicaron un comunicado a través del cual afirmaron lamentar “personalmente y en el nombre de Renault, haber acusado erróneamente a los señores Balthazard, Rochette y Tenenbaum en este caso”. Ambos mostraron su interés de reparar el daño y restaurar el honor de los empleados frente a la opinión pública. Según la empresa automovilística, el presunto caso de espionaje se ha convertido en una estafa organizada, que ahora está intentando aclarar. Renault ya ha pagado una sanción de 310.000 euros por falsa información y está pendiente de abonar otros 390.000 euros, en relación con el supuesto caso de espionaje, que estuvo a punto de provocar un conflicto diplomático entre Francia y China.
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